domingo, 26 de febrero de 2012

El cuervo y el petirrojo

Los cuervos vuelan y los petirrojos también. Tan parecidos y tan diferentes, porque los dos son aves, mas poco más habrá de decirse en comparación.


Y, de todos modos, no es de los cuervos y los petirrojos comunes de los que os hablo, sino de dos de ellos en concreto, un cuervo y un petirrojo, sólo uno, uno de cada.
El cuervo solitario, quien se alejó de los suyos por propia voluntad, dedicado a sobrevolar el norte velando por aquellos que viven al sur. Silencioso, solitario, un cuervo que nunca ha buscado nada más allá de las implicaciones de su juramento, de la compañía de sus hermanos y de los bosques que se abren más allá del Muro.
El petirrojo salvaje, cálido y ardiente, el que vela por el gran ciervo, el que ama al gran ciervo, el que despertó el fuego en el interior del cuervo, el que le provocó aquellos pensamientos, el que le hizo llegar al punto de plantearse sus propios juramentos.


Un buen día, el cuervo y el petirrojo tomaron la promesa de volar juntos sobre el enlace de dos almas que se amaban. Pero, varios días atrás, el cuervo emprendió solo el vuelo hacia alguna parte, y el petirrojo no pudo volar con él. Poco después, su deseo de extender las alas a lomos del ciervo quedó más claro que nunca a ojos de Poniente.


Y ahora, el cuervo ha vuelto, y el petirrojo no ha olvidado. ¿Qué harás, oh, cuervo, para redimirte?


Esta es mi historia, la historia que algunos conocéis, la historia de cómo ella se perdió la boda porque yo me perdí a mí mismo.
Habrá quien lo considere una tontería, pero no lo es; os he fallado, y no quisiera perder vuestra confianza, ni mucho menos a vos, por muy distantes que puedan andar nuestros caminos. Os dejo este pequeño presente en forma de algo que podéis mirar, desechar, utilizar, lo que gustéis. Y a #SpanishFakeWesteros pongo por testigo de que, por muchos juramentos que haya de cumplir y por todo lo que le profeséis a vuestro señor, os demostraré todo lo que he de demostraros por tantos medios como haga falta.



~ Benjen Stark, cuervomensaje enviado desde Narnia, más allá del noroeste desde el Muro.

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