A lo largo de mi vida he seguido muchos senderos tortuosos. He caminado sobre brasas ardiendo. He atravesado muros de fuego. Me he enfrentado a pactos con las sombras para gobernar los más difíciles hechizos, y aún así, puedo afirmar que esta es la prueba más dura a la que jamás me he enfrentado.
Durante todo el tiempo que llevo con vos me he esforzado en conoceros bien, en entenderos. Mi deber era mantenerme a vuestro lado, aconsejaros y ayudaros para alcanzar los objetivos del Señor de la Luz. Con el tiempo, el deber se convirtió en algo agradable. Pese a vuestro carácter frío y distante, me descubrí disfrutando vuestra compañía. Y aunque en un principio pensé que era un regalo de R'hllor para hacer mi trabajo más llevadero, pronto me di cuenta de que era algo más.
Decir estas palabras me aterra, pensarlas hace que se me acelere el pulso y que los escalofríos latiguen mi espalda. Pero necesito hacer esto:
Os deseo con cada fibra de mi ser. Soy vuestra, en cuerpo y alma.
Espero vuestra respuesta pronto.
Melisandre.
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